Una de los primeros problemas que me plantean en el consultorio mis pacientes durante la consulta es su falta de tiempo para cocinar preparaciones saludables. Y es verdad, que el tiempo que tenemos muchas veces es poco, y que volvemos cansados del trabajo, y lo primero que queremos es cocinar algo rapidito y poder cenar para al otro día retomar nuestras actividades.
Frente a la falta de tiempo, es normal que muchas veces terminemos descuidando lo que comemos y optando por comida rápida o fast-food. Un panchito, una hamburguesita o alguna porción de pizza.
Ahora bien; ¿sabías que existen preparaciones que son rápidas y a su vez te permiten nutrirte adecuadamente? Es lo que yo llamo fast-good y que desplaza la típica fast-food.
Abrir una latita de atún al agua y sumarla; o cocinar alguna porción de carne magra que tarda lo mismo en hacerse que una hamburguesa. Ejemplo: bifecito de pollo o carne, costillita de carne o cerdo desgrasada.
Tener huevos duros en la heladera y sacarle la cáscara a alguno para agregar a la ensalada; o cocinar en una sartén un huevo revuelto y sumarlo.
Incorporar cubitos de queso port salut descremado que tengamos en la heladera.
Otras ideas de fast-good son hacerse algún sandwich de pan integral con lechuga, tomate y queso fresco o alguna porción de pollo/carne de vaca. Estos siempre te sacan del paso!
También se pueden tener opciones frezadas de preparaciones hechas el finde. Éstas se convierten en nuestro botiquín de primeros auxilios durante la semana cuando estamos con muy poco tiempo. Los comodines de comida rápida, rica y saludable que solo necesita calentarse son: alguna tarta frezada, verduras cocidas, milanesas rebozadas listas para ir al horno, tortillas de verdura, empanadas caseras.
En cuanto a postres y colaciones; una fruta es la mejor fast-good ya que siempre están listas para ser consumidas.
Si estás mucho tiempo fuera de casa, te dejo opciones prácticas para llevar en la mochila. Estos son ejemplos de fast-good que te permiten tener un snack saludable y que aportan energía suficiente para continuar con las actividades del día:
# Fruta fresca fácil de transportar y comer en cualquier lado: banana, manzana, mandarina, durazno.
#Fruta seca porcionada en bolsitas o en algún contenedor: 10 mariposas nuez, 12 almendras,
20 pasas de uva, 15 castañas de cajú.
Por último, recordá siempre comer despacio, haciendo consciente ese momento de comidas. Cuanto más lento comemos, mejor capacidad tiene el cuerpo de darse cuenta que está satisfecho y más chances tenemos de no comer en exceso.
La salud es cuidado de todos los días, es por eso que espero que estos consejitos te ayuden a inclinarte por incluir fast-good a tus comidas.
Licenciado en Nutrición recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Le decis que comes y te dice quien sos. #QueComoHoy #MarketingDeLaObesidad