Creo que es un buen momento para contar mi Experiencia de Viaje, debido a que recibo en mi consultorio muchas inquietudes en cuanto a como mantener la línea cuando uno se va al exterior por trabajo, estudio o placer.
Es lógico que viajar a lugares donde sus monedas son muy fuertes comparadas con nuestro lugar de origen (Euros, Libras o Dólares), hace que nos planteemos si se puede comer saludable, sabiendo que los alimentos de mayor accesibilidad, serán aquellos de menor calidad nutricional, rápidos, callejeros y procesados.
Antes de contarles como manejé mi alimentación me gustaría contarles de qué se trató mi viaje. Comenzó allá por finales de septiembre y tenía como objetivo principal crecer a nivel profesional.
Es por eso que logré gestionar encuentros con profesionales de la nutrición en diferentes países, asistir a las mejores universidades de Barcelona, Madrid, Irlanda y centros deportivos de Elite en Inglaterra.
A su vez me parece super importante para todo profesional, con ilusiones de crecimiento, perfeccionar el nivel de Inglés, por lo que me contacté con los profesionales de Kaplan para poder hacer algún curso intensivo por la mañana que no me impidiera continuar con el resto de mis actividades.
Mi vinculación con Kaplan fue especial, ya que me ofrecieron hospedarme en sus residencias de Dublin y London, las que contaban con recursos indispensables para que pudiera comenzar con mi planificación alimentaria. En ambos espacios contaba con Cocina y Heladera para poder gestionar parte de mi alimentación, así como también gimnasios en la mismo lugar de hospedaje.
Podríamos hacer una analogía con los diversos lugares donde solemos irnos y no dista de las facilidades de un buen hotel o cuando alquilamos un departamento individual.
Es claro que no todos los días se logra viajar al exterior, por lo que necesitamos aprovechar al máximo el tiempo para recorrer lugares y conocer aquellos platos típicos de cada destino. Por lo tanto como primer buen consejo nutricional es Planificar el Esqueleto de tus comidas. Esto quiere decir, que no voy a armar un día a día de lo que necesito, pero si saber en que lugares me voy a manejar y con que recursos alimentarios cuento en cada uno.
Por eso fui al supermercado y realicé una compra grande, aquella que en una primera instancia resulta costosa, pero a largo plazo abarata mucho nuestra estadía.
Mi desayuno debía ser variado y saciante, ya que luego ingresaba a mi curso intensivo de inglés por cinco horas, asi que compré frutas, aprovechando aquellas que están en estación y no suelo consumir en Argentina.
Tanto en Irlanda como en Inglaterra cuentan con una buena variedad de frutos rojos (frutillas, frambuesas, moras) que no suelo consumir tanto en Argentina y estaban deliciosas.
A eso le sumé yogures de diferentes estilos ya que la variedad es sorprendente, frutos secos, pasas de uva y semillas de calabaza.
En mis desayunos no consumía ninguna fuente de almidones, como pan o cereales, ya que mi actividad posterior sería estar sentado la mayoría del tiempo, asi que solo los carbohidratos presentes de las frutas o las pasas eran suficientes.
Dentro de mi bloque matutino de Ingles contaba con 2 breaks que aprovechaba para charlar con gente de todos los continentes y tomar unos mates con algunos frutos secos.
Mis almuerzos eran los de peor calidad pero mayor estimulación sensorial y placer. Hablando sencillo, paraba en algún restaurante, bar, cafetería o mercado de alimentos y consumía platos típicos de cada zona. Llegué a comer casi todas las hamburguesas de moda, fish and chips, Irish and London Breakfast, Guisos característicos, y sándwiches que me llamaban la atención. Mis almuerzos eran la inversión de placer y cultura que junta un plato típico de cada lugar.
Por las tardes solía caminar bastante, he llegado a caminar 15 a 20 km algunos de los días. Esto estaba contemplado dentro de mi planificación, ya que si mis almuerzos eran copiosos, luego debía colaborar con algún gasto energético que equiparara la situación. Solía llevar mi termo con agua caliente en mi mochila y algunos días paraba en algún parque a disfrutar de la tarde, tomar unos mates y quizás comer alguna que otra fruta fresca.
Vale aclarar que no todos las tardes podía moverme tanto, ya que los cursos intensivos de inglés, exigen que complementes con horas de herramientas virtuales que te ofrecen y a su vez algunas tardes estaba volando hacia otros países o con reuniones de trabajo o de capacitación.
Sin embargo mis cenas eran especiales, ya que las realizaba relativamente temprano, casi en un horario de merienda para nosotros. Creo que eran verdaderas Ceriendas, como hablo en mi nuevo libro (mezcla de cena y merienda realizada por la tarde – noche) y me parece super interesante a favor de nuestro metabolismo.
Mis cenas estaban armadas a base de alguna proteína (pollo, carne de vaca, cerdo, o pescado) que el día inicial compré en el supermercado. En estos lugares contás con ciertas facilidades, ya que por precios bastante razonables encontrás bandejitas con raciones cortadas y frescas para poner directo al grill.
Contaba también con Huevos, quesos y variedad de legumbres, ya que está bastante desarrollado la oferta de diferentes tipo de legumbres en latas de abre fácil y que vienen en diferentes salsas sin aditivos.
Eso lo combinaba con coloridas ensaladas de vegetales de estación y algunas semillas de girasol y sésamo.
Los fines de semana priorizaba las cenas afuera y en base a eso mis almuerzos eran más cuidados y ciertas tardes cuando no lograba caminar durante el día terminaba yendo al gimnasio de la residencia.
Es verdad que en la actualidad muchas de las capacitaciones podrían hacerse a distancia desde tu computadora o incluso desde tu celular, lo que facilitaría mantener tus hábitos de ingesta. Sin embargo nada es tan enriquecedor como viajar y sumar a tu experiencia de aprendizaje el plus de conocer e interactuar con gente de diferentes culturas, donde la capacitación no solo queda confinada en una pantalla sino que trasciende a nuevos ámbitos, calles, bares, restaurantes e incluso lugares de dispersión, lo que acelera tu potencial de aprendizaje y lo lleva a un contexto mejor, como me ha sucedido a mi, notando un avance superior al invertido en mi rutina regular.
Por lo tanto podemos concluir que es posible realizar todas las actividades que uno decida y a su vez cuidar su salud, pero todo lleva su tiempo de planificación, ya sea individual o con un nutricionista. El mismo tiempo que le dedicás para saber qué lugares vas a visitar, qué transporte te vas a tomar pero incorporando el conocimiento de ¿Qué voy a comer? Y ¿Cómo me voy a cuidar?
Éxitos en tu próximo viaje.
Licenciado en Nutrición recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Le decis que comes y te dice quien sos. #QueComoHoy #MarketingDeLaObesidad