Se terminaron las vacaciones y nos toca organizar la vuelta al cole. Más allá de mochilas, cartucheras y libros, implica organizar horarios, compras y viandas.
Durante las vacaciones se pierde un poco la organización, y se pasan por alto ciertas cosas. La alimentación es una de ellas: cuidar lo que se come en casa es importante, pero no nos olvidemos de los que los chicos llevan en la mochila. Estos alimentos también deben contribuir a su buen desarrollo.
Para arrancar el año con todo te proponemos algunos tips para organizar las comidas de los chicos.
Desayunar en casa antes de ir al colegio, para evitar demasiadas horas de ayuno y así un menor rendimiento físico e intelectual.
Levantarse con suficiente tiempo para desayunar con tranquilidad.
Acostarse temprano.
Comer juntos en la mesa, niños y adultos.
Ofrecer a los chicos variedad de alimentos saludables y dejarlos que elijan. No poner como única opción los alimentos preferidos: golosinas y galletitas.
Ofrecer un desayuno completo, que incluya tres grupos de alimentos: cereales (pan, tostadas y cereales de desayuno integrales), lácteos (leche, yogur, queso) y frutas.
Frutas frescas enteras (banana, mandarina, manzana), o en trozos guardadas en una lunchera (gajos de naranja, pera, durazno).
Frutos secos sin sal (maní, nueces, almendras).
Frutas desecadas (pasa de uva, orejones).
Bastoncitos de pan o grisines sin sal.
Trocitos de queso.
Snack saludable Pulp Up! (www.pulpup.com.ar).
Recordar que la mejor bebida para acompañar cualquier comida es el agua. Y que los jugos y gaseosas se deben reservar para ocasiones especiales.
El tipo y la cantidad de alimento para incluir en la merienda, varía según la actividad que el chico vaya a realizar después: si va a realizar actividad física, que es lo deseable, entonces debemos ofrecerle alimentos que aporten energía como los cereales. Si se queda en casa, una buena opción puede ser un yogur al que le podemos agregar fruta cortada.
Intentar que los chicos no “picoteen” justo antes de cenar.
Darles la merienda por lo menos tres horas antes de la cena.
En lo posible, cenar siempre a la misma hora, y temprano, para evitar que los chicos lleguen muy cansados o molestos a la mesa.
Pedirles colaboración en poner la mesa.
Si sabemos que algo no les gusta, ponerles poca cantidad y no forzarlos.
Comer nosotros los alimentos que sabemos que a ellos no les gusta.
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Natalia Asta
Bibliografía:
Licenciado en Nutrición recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Le decis que comes y te dice quien sos. #QueComoHoy #MarketingDeLaObesidad